martes, 16 de abril de 2013




Las fresas se cultivan sobre todo por su uso en la gastronomía. La fresa es una fruta del bosque adecuada en regímenes dietéticos, dado que tiene escasa concentración de glúcidos. Se consumen solas o mezcladas con azúcar, azúcar y vino, azúcar y nata, en helados, mermeladas y también son muy apreciadas en repostería como dulces, pasteles, tartas, su color rojo vivo da un toque especial como adorno alimenticio. Con la fresa se hace una bebida alcohólica compuesta de aguardiente denominada licor de fresas.
Las hojas tiernas se pueden consumir como verdura, aunque es infrecuente ese uso. Las hojas deben recogerse cuando la planta esté bien florida; las raíces, cuando se encuentre a punto de secarse; y los frutos bien maduros, de color rosado intenso. Siempre se debe conservar a la sombra y en un lugar resguardado del calor y de la humedad.


Una taza (100 g) de fresas contiene aproximadamente 34,5 calorías y es una excelente fuente de vitamina C y flavonoides.
Composición por cada 100 g comestible:
  • Calorías 34,5
  • Agua 85%
  • Hidratos de carbono (g) 7
  • Fibra (g) 9,9
  • Potasio (mg) 150
  • Magnesio (mg) 13
  • Calcio (mg) 40
  • Vitamina C (mg) 60
  • Folatos (µg) 69
  • Vitamina E (mg) 0,2


Se emplea también como planta medicinal, con las siguientes propiedades:
  • Dieuréticas y antirreumáticas: tres a cuatro tazas diarias de la infusión de las hojas y las raíces nos ayudan contra el ácido úrico, gota y artritis.
  • Anticolesterol: la gran cantidad de ácido ascórbico, así como de lecitina y pectina contenida en sus frutos, la hacen ideal para disminuir el nivel de colesterol de la sangre.
  • Antiinflamatorias: una infusión de las hojas es beneficiosa para las inflamaciones del intestino. La cocción de las raíces ayuda a disminuir las inflamaciones artríticas.
  • Astringentes: beber tres a cuatro tazas diarias de la cocción de sus hojas es útil contra la diarrea. Las infusiones de hojas secas son muy astringentes y pueden utilizarse para curar las llagas de la boca.
  • Mineralizantes: sus frutos, muy ricos en vitamina C, tienen virtudes antianémicas y reconstituyentes. Resultan muy adecuados en la época de crecimiento.
  • Las hojas machacadas y aplicadas sobre la piel constituyen un buen remedio para evitar las arrugas.
  • También se usaban como laxante.

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